Por María José Romano Boscarino *
En Argentina, la situación actual de la divisa norteamericana puede describirse de la siguiente manera: existe un mercado oficial donde se ha establecido un tipo de cambio administrado que se complementa con el llamado cepo al dólar, es decir una restricción a la adquisición de moneda extranjera y, por otro lado, un mercado paralelo (que surgió por las limitaciones impuestas por el gobierno) donde el valor del dólar llamado “blue”, está determinado principalmente por el mercado, es decir, la oferta y la demanda.
La brecha hoy entre ambos se encuentra por encima del 60% ubicándose el dólar oficial en 6,050 mientras el blue llega a los 9,93 pesos por dólar. Mientras que hace un año, el valor oficial se ubicaba en 4,81 y el paralelo en 6,35 pesos por dólar, lo que refleja un crecimiento de la brecha y una devaluación importante de nuestra moneda en ambos indica-dores.
Es decir que aunque el gobierno lo niegue, el banco central está permitiendo que el precio oficial de la divisa aumente, aunque mucho más gradualmente que el “blue” y se prevé que este continúe incrementándose, aunque no es fácil predecir a cuánto llegará.
Ahora bien, ¿qué ocurre con el dólar paralelo?
Para empezar es importante destacar cuáles son las causas de su comportamiento a la suba.
En primer lugar, el principal motivo que lo explica es la creciente inflación. El dólar es el síntoma, no es la enfermedad. Lo que le ocurre demuestra lo que está pasando con la economía, cuyo mal mayor es la inflación. Si ésta sube, impacta en los precios de todos los productos y servicios ya sea el del trigo, el del pan, el de la carne o incluso el del dólar.
Hoy, nuestro país se ubica entre los primeros países con mayor inflación del mundo rondando un 25% anual y su origen principal es la emisión monetaria que lleva adelante el banco central impactado a su vez negativamente en las expectativas de los individuos, lo que profundiza sus consecuencias negativas en la economía.
En segundo lugar, las mismas restricciones que dieron origen al mercado paralelo al mantenerse y agravarse, alientan su crecimiento y disparan la devaluación aun más.
Lo paradójico de este último asunto tiene que ver con que las medidas prohibitivas ni siquiera han logrado cumplir con el fundamento de su creación que consistía en frenar la pérdida de reservas ya que, por el contrario, a dos años de su implementación, éstas no dejan de caer.
Fuente: Banco Central de la República Argentina
Más aún, si se tiene en cuenta la evolución del ratio reservas/PBI de los últimos 100 años, en base a un estudio realizado por IERAL, puede observarse que desde el 2009 el país ya estaría registrando la tercera baja de reservas más pronunciada de todo el período mencionado llegando al 9% sólo habiendo sido superada por las caídas del 20% del período 1945-1949 y del 10,5% del período 1921-1925.
Fuente: IERAL en base a MECON y OJF y Asociados
Además, es importante mencionar que las restricciones no sólo no generaron el impacto deseado sino que al contradecir a una de las banderas principales utilizadas por el gobierno que tiene que ver con la “redistribución de los ingresos a favor de los que menos tienen”, obligó a planificar nuevas medidas con el objetivo de palear el beneficio que reciben los importadores de bienes de lujo o los argentinos que viajan al exterior, ante un dólar oficial barato. Sin embargo, estos parches no solucionan el problema de fondo y mientras tanto los más perjudicados son los exportadores y aquellos que ven arruinadas sus posibilidades de utilizar uno de los medios más accesibles de ahorro.
En conclusión, Argentina se enfrenta a un gran desafío económico que no se soluciona necesariamente con más intervencionismo como lo ha planteado el gobierno hasta el momento, sino simplemente reconociendo y atacando la inflación e iniciando un proceso de reconstrucción institucional que genere un clima de confianza y de certidumbre a la vez que se elimina el cepo cambiario, cuya existencia como se explicó, pareciera no menos que inútil.
*Es Lic. en Economía (UNT) y Coordinadora de Fundación Federalismo y Libertad en Ciudad de Buenos Aires