Sebastián Galiani considera que es un error ser resultadistas y pensar sólo en el corto plazo. El secretario de Política Económica de la Nación afirma que la economía argentina necesita de un proceso prolongado de crecimiento para bajar paulatinamente la pobreza y la desocupación, con más productividad laboral. Sólo así, aclara en una entrevista con LA GACETA, el país puede empezar a pensar en el desarrollo económico.
Galiani disertó ayer en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNT, invitado por la Fundación Federalismo y Libertad, con el apoyo de la Fundación Friedrich Naumann y el Instituto de Investigaciones Económicas (Inveco). En su charla con nuestro diario, el doctor en Economía por la Universidad de Oxford y especializado en Desarrollo Económico negó que, tras las elecciones del 22 de octubre, la gestión del presidente Mauricio Macri se incline por aplicar ajustes o tarifazos.
-¿Habrá ajuste poselectoral en la economía?
-El Gobierno recibió una situación fiscal muy deficitaria y anunció que lo resolvería bajando un punto del Producto Bruto Interno por cada año. Es lo que va a hacer; es lo hizo este año y es lo que hará. Así como este 2017 vamos a cumplir la meta fiscal de déficit, se mejoró la eficiencia del gasto público, aumentó el salario y crecimos, lo mismo va a pasar en 2018.
-¿Cuánto tiempo le falta a la Argentina para llegar al desarrollo económico?
-La Argentina es un país de ingresos medios altos; si trabaja bien y seriamente entre 10 y 20 años, pasará a ser una nación de ingresos altos, que es lo que significa ser desarrollado. A España e Israel les llevó dos décadas de crecer per cápita a 3, 3,5 o 4; esto es algo que en la Argentina no se da hace 50 años. No se trata de crecer a tasas chinas, pero sí sostenidamente por dos décadas.
-Es un ejercicio en el que el país sigue en deuda, porque su economía es cíclica…
-Sí. Nos lo debemos porque no hemos, por un lado, encontrado consensos de políticas de mediano y de largo plazo, con lo cual estuvimos cambiando políticas fundamentales que han generado muchos costos económicos en términos de reasignación de recursos. Pero también somos un país volátil al ser un exportador de commodities y eso está asociado a los precios. Hay que promover una política fiscal que sea contracíclica, que es lo que la Argentina no ha hecho en el pasado. Es algo en lo que tenemos que trabajar, pero lo que pasa es que ahora tenés que partir de una situación de déficit alto; antes que todo, hay que alcanzar el equilibrio.
-¿Cómo harán para que se cumplan las pautas de Responsabilidad Fiscal?
-Creo que es el momento para que la Argentina haga un cambio y que se trabaje coordinadamente entre Nación y provincias, con el fin de haya solvencia fiscal y una buena política fiscal en términos de ser procíclicos y, además, hacer eficiente el gasto, que es otra deuda que tiene la Argentina. Hay que ponerlo en un nivel sostenible para permitir el crecimiento del sector privado, del empleo y del salario, y que eso ayude a reducir la pobreza.
-La Argentina tiene un nivel de pobreza del 30% y un 33% de empleo no registrado, ¿cómo incide la informalidad?
-Chile tenía una pobreza del 40% y creció durante dos décadas y la bajó hacia el 10%. Luego ajustaron la pobreza hacia arriba y eso dio una tasa del 17%. Prácticamente redujo la mitad esa tasa en base al crecimiento. Y está claro que si crecés durante dos décadas sostenidamente vas a reducir, con fuerza, la tasa de pobreza, porque básicamente el salario en la economía se expande con la productividad del trabajo.
-El Indec informó que bajó levemente el desempleo, pero que no creció el empleo
-El índice de empleo se mantuvo constante, es decir, que creció igual que la población. El empleo se irá acelerando en la medida en que el crecimiento se consolide. Una empresa privada, para tomar una decisión de contratación de un empleado, no se fija en la demanda del mes, sino qué se percibe hacia el futuro. No obstante, hay que trabajar sobre el costo laboral para que esa elasticidad del crecimiento del empleo sea más alta. Con la reforma tributaria, hay intenciones de mejorar el costo laboral. Podemos tener un sistema tributario más eficiente sin perder recursos, para que no descuidemos la meta de seguir reduciendo el déficit. Y eso es lo que se ve en la reforma tributaria en estudio.
-¿Las expectativas juegan en contra en una sociedad que espera resultados en el corto plazo?
-Hay que tomar en cuenta que el presidente Mauricio Macri habla de crecer entre 10 y 20 años. Para resolver los problemas del país hay que mirar un horizonte temporal más largo. Estoy de acuerdo en que hay que abandonar la idea de soluciones mágicas y de atajos. En el pasado nunca funcionaron y siempre salieron mal. Necesitamos tener un plan serio en el que no hay un gran anuncio salvador, sino un montón de trabajo serio, consistente, que persiste en el tiempo, y que corrige errores que son frutos de un proceso de transformación. Lo que importa es tener claro el objetivo hacia dónde vas y cuál es la sociedad que vos querés, que debe ser democrática, que respete las instituciones, que brinde incentivos para el sector privado genere empleos, para que invierta, salga al mundo y exporte. Y en ese proceso generás un crecimiento sostenido. Eso aumenta la productividad y la competitividad, que es donde hay más inversión. En esa sinergía se encamina la economía hacia el desarrollo.
-¿Cómo responde el mercado externo y cómo actúa la sociedad argentina?
-Creo que si vos mirás la trayectoria que ha tenido el riesgo país (ha bajado a niveles mínimos desde junio de 2007), eso refleja la confianza en las políticas fiscales que lleva adelante el Gobierno. Y creo, además, que la población ha respondido muy bien a eso. Se vio en las PASO y creo que se espera lo mismo para (las elecciones de) octubre. Creo que hay entusiasmo por las políticas de este gobierno.(…) El Gobierno del presidente Macri vino a trabajar seriamente, a decir la verdad y a enfrentar los problemas para resolverlos. La economía que heredamos estaba muy deteriorada y no se resolvía en seis meses. Este crecimiento está lanzado y durará varios años. En todo este tiempo, vamos a ver menos inflación, menos pobreza, más empleo, salarios más altos y, así, poder vivir mejor cada año.
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