Ante la muerte del fiscal Alberto Nisman, la Fundación Federalismo y Libertad sostiene que el hecho es responsabilidad del gobierno nacional por cuanto es consecuencia de un estilo de llevar adelante la cosa pública caracterizado por la falta de transparencia y de debate abierto, la imposición de una lógica de enfrentamiento y la falta de respeto a los profesionales del Servicio Exterior de la Nación.
La entidad, presidida por José Guillermo Godoy, ante las respuestas de parte de la sociedad frente a la noticia, considera que el gobierno debe hacerse cargo de las sospechas sobre sus actos debido a un mal clima que este contribuyó a crear, cultivado por hechos como la partidización del Estado, la militancia partidaria de los funcionarios judiciales, la aprobación de leyes a marcha forzada sin una adecuada discusión, la conducta del juez Norberto Oyarbide, la actitud contra el fiscal José María Campagnoli, el sospechoso secuestro de un hijo del fiscal Eduardo Taiano cuando debía apelar en una causa seguida contra Néstor Kirchner por enriquecimiento ilícito o las amenazas contra el fiscal Guillermo Marijuan cuando investigaba a Lázaro Baez. Mención aparte merece la participación en cuestiones internas de personal de la Secretaría de Inteligencia (ex Side) en funciones de dudosa legitimidad, cuando dicho organismo debería desaparecer por cuanto no responde a las necesidades internas ni externas del país.
Por su parte, Gustavo F. Wallberg, Director de Políticas Públicas de la fundación, sostiene que los funcionarios del gobierno deberían entender que a ellos mismos les conviene el esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman y que en nada contribuye a su propia posición una táctica defensiva de ataque a otros.
Federalismo y Libertad espera que este hecho sirva para llamar la atención sobre la necesidad de la vigencia a pleno, en letra y espíritu, del marco institucional de república democrática plasmado en la Constitución Nacional.