*Por Bernardo Congote
Para bailar se necesitan dos. Razón por la cual el enfoque de la campaña Macri <<contra la oligarquía sindical>>, arriesga que el gobierno arroje al vacío su aspiración reeleccionista. Porque, como ocurre con las infidelidades, de esa forma sólo estaría <<vendiendo el sofá>>.
El caso de los cuadernos, que amenaza quedar reducido a una milonga, constituye un hecho político muy grave. No es un cuentecillo. No le armaron a Stornelli la causa porque el kirchnerismo esté <<jugando a las muñecas>>. Respetar al adversario también forma parte de una estrategia victoriosa.
Es un hecho grave que algunos de los más notables empresarios argentinos, se encuentren hacia o en procesamiento judicial por haber aceptado bailar el tango corrupto con el matrimonio Kirchner. Y cuando se tipifica el delito de cohecho, conviene tener en cuenta que lo hay <<por dar>> tanto como <<por recibir>>.
Buena parte de la empresarialidad argentina de <<buen nombre>>, sería proclive a incurrir en malas prácticas. Algunos se han pretendido descolgar con el sofisma de que <<si no pagaban no trabajaban>>. En el caso de empresas concentradas en el mercado local, vaya y venga. Pero es que algunas de las multinacionales implicadas, si no pagaban la coima, podrían haber salido del país. ¡Pero se quedaron coimeando!
Tal vez vendría al caso lo de Wrangler y Lee. La noticia de que las marcas se retiren, entre otros países, de la Argentina, convalidaría el argumento del artículo[i]. Porque si, como parece ser el caso de las marcas citadas, una política de reajuste internacional habría llevado a sus matrices a abandonar el mercado argentino, una política de buenas prácticas también habría obligado a que las empresas honestas, presionadas por el cohecho kirchnerista, salieran del país.
E, hilando más delgado, las otras empresas netamente dedicadas al mercado local también habrían podido decirle <<no>> a los coimeros estatales y dedicarse a proveer al sector privado. ¿A riesgo de perder contratos valiosos? ¡Por supuesto! ¿Acaso tienen precio la honra y el buen nombre en la Argentina? (Por ejemplo: ¿tiene precio el ejemplo a los hijos de esos empresarios?)[ii].
¿Qué pensar entonces del presunto delito de cohecho que también gobierna buena parte de las relaciones entre empresarios y sindicalistas en la Argentina? ¿Acaso los Moyano y sus mafiosos se extorsionan a sí mismos? Por supuesto que no. Extorsionan a los empresarios grandes, medianos y pequeños. Y entre ambos, mientras el uno pide, el otro paga.
¿No había otra salida? ¿No la ha habido por décadas? ¿Por qué la Unión Industrial Argentina no ha incentivado la creación de microempresas transportadoras honestas? ¿Por qué no han cerrado filas para decirle >>NO>> a la extorsión? ¡Ah! Porque se habría puesto en riesgo la movilización de mercancías. Por supuesto que sí durante cierto tiempo. Sólo que es imposible vivir bajo la consigna de querer comerse el queso y que, al tiempo, no se acabe.
Retomando la crítica a la campaña Macri, el Presidente estaría en riesgo, por enésima vez, de saltar al vacío. Ahora, concentrando su disputa pública contra la extorsión, sólo en cabeza de los sindicalistas. Porque ¿Cuándo va a retar Macri a los <<suyos>>?
Si los empresarios argentinos están verdaderamente entre los suyos, la pelea podría augurar mejores resultados jugándola hacia ambas puntas. Pero si no lo fueran ¿habría que abandonar la tarea? Por ejemplo: ¿Cómo reaccionaría Moyano cuando Macri se enfrente, también, con la UIA?
Presidente Macri: No sería sólo la extorsión sindical la que <<quita trabajo>> en la Argentina. Sería cierta asociación ilícita entre empresarios y sindicalistas.
¿Ud. cree que, rota esta cadena perversa, seguirían los capos sindicalistas dominando y extorsionando también a sus propios afiliados? ¿Ud. cree que la extorsión sindical hacia adentro, la oligarquía sindical que Ud. llama, sobreviviría si se rompiera la cadena que por una punta tiene a los empresarios y, por la otra, a los sindicalistas?
Y, además, Presidente: ¿Cuándo, por ejemplo, la Argentina logrará hacer elecciones democráticas en los sindicatos? Pues tan pronto como su fuente parásita, la extorsión aceptada por los empresarios sea fracturada.
Presidente: su estrategia arriesga estar equivocada porque la milonga extorsiva la bailan empresarios y sindicalistas. No siga dándose tiros en el pie … porque al final rebotan contra toda la Argentina.
El autor es miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad de la Argentina, Profesor universitario colombiano, autor del libro La Iglesia (agazapada) en la violencia política(www.amazon.com) y escribe el blog colombiano:
http://blogs.elespectador.com/
Julio 2019