Por: Alejandro Gómez*
Urnas quemadas, votos comprados, bolsones de comida, periodistas agredidos e irregularidades en el escrutinio de las mesas electorales. Son estas las señales del deterioro al que fue sometido el sistema republicano en Tucumán. Produce una profunda tristeza ver la situación a la que ha sido sometida esta insigne provincia generadora de algunos de los más grandes hombres de la patria. Solo el poder absoluto de una clase política que no tiene el más mínimo respeto por los principios republicanos y el estado de derecho ha podido sumirla en esta situación.
Lamentablemente, en los comicios celebrados el domingo 23 de agosto se han producido todo tipo de trampas y manejos clientelares con el objetivo de ganar las elecciones que permitan mantenerse en el poder a los candidatos del oficialismo. ¿Acaso la victoria tiene que ser a cualquier precio con tal de conservar sus privilegios y sus fuentes de recursos de dudosa transparencia? ¿Conocen estas personas la gloriosa historia de esta provincia que nos ha proporcionado a todos los argentinos un sinnúmero de próceres? Quizás convenga un breve recordatorio para aquellos que han olvidado el extraordinario aporte que realizó esta provincia al nacimiento y al progreso de la patria en sus momentos fundacionales.
Los casos que menciono a continuación no pretenden ser una lista exhaustiva, sino solamente una referencia a alguna de las personas más destacada que nos brindó dicha provincia, aunque seguramente estaré siendo injusto por aquellos casos en que, por omisión o desconocimiento, no son mencionados a continuación. De todos modos, creo que sí contribuye a tomar una verdadera dimensión del aporte que hizo Tucumán a la patria, ya que lamentablemente en los últimos años ha sido noticia por los casos de pobreza y corrupción más que por ser cuna de tan ilustres personajes como los que señalo a continuación.
Bernardo de Monteagudo, hombre muy activo en los movimientos de independencia de Sudamérica y muy cercano a José de San Martín, Bernardo O’Higgins y Simón Bolívar; el general Gregorio Aráoz de Lamadrid, héroe de la independencia y gobernador de Tucumán; el coronel Crisóstomo Álvarez, quien luchara contra la dictadura de Juan Manuel de Rosas; el obispo José Colombres, que por el mismo motivo debió exiliarse del país hasta el triunfo de Caseros en 1852; Marcos Paz, vicepresidente de la nación en el mandato de Bartolomé Mitre. Y quizás los más destacados e influyentes en el momento de la organización nacional, Juan Bautista Alberdi, padre la Constitución y sus coterráneos Nicolás Avellaneda y Julio Argentino Roca, ambos presidentes de la nación, este último en dos oportunidades. Se podría decir que estos tres tucumanos han sido de los más importantes hombres que ha dado el país en el siglo XIX.
Vayan estas líneas como un recordatorio de todo lo que nos dio Tucumán y todo lo que puede llegar a dar. No es cierto que deba sumirse en la pobreza y las dádivas de los Gobiernos de turno. Su suerte está atada a la actitud que tomen sus ciudadanos, a que se rebelen contra un statu quo que pretende eternizarse como si la única alternativa que tienen sus habitantes sea subsistir en la pobreza y la “ayuda” que les brinden las autoridades por medio de planes sociales.
¿Qué te han hecho, Tucumán? Busca en tu glorioso pasado el camino hacia un futuro mejor. Lo has hecho antes, lo puedes hacer ahora. Muéstrate como el ejemplo que has sido en el pasado, cuando las circunstancias eran tanto o más difíciles que las del presente.
Alejandro Gómez es miembro del Consejo Academico de Federalismo y Libertad